¿Cómo y cuándo surge tu pasión por el cine?
Desde que era muy pequeño, siempre me gustó contar historias de todo tipo. Pero hubo un momento clave: cuando mi padre me llevó a ver «Tiburón» a la tierna edad de 8 años al cine Fleta de Zaragoza. Fue una catarsis total e irrepetible.
¿Cuándo sabes que tu futuro lo ves vinculado a la industria del cine?
Supongo que la prueba definitiva fue hacer «Una de zombis», que no saliese del todo mal y que incluso fuese un exitito. Dirigir un equipo profesional sin hacer el ridíc ulo, estrenar en el festival de Sitges y que no nos apedreasen… Ese tipo de cosas.